Friday, March 5, 2010

All these years, where has Canada been?

The immolation for the freedom of Cuba by the prisoner of conscience Orlando Zapata reveals, once again, the intrinsic evil of the Castro dictatorship. Hundreds of thousands of men, women and children have encountered their deaths at the hands of the regime’s repressive apparatus throughout 5 decades of communist nightmare. Several generations of Cubans have never enjoyed the most basic rights and freedoms. Nevertheless, the utter contempt toward human life by the Castro brothers has not been able to silence the voices of those who, like Orlando, prefer the physical death to the spiritual death.

The world must know that the expressions of affliction by Raúl Castro are false. In fact, the only thing that he may laments is that the tragic outcome of Orlando’s hunger strike arrived while he hosted Brazilian president Lula. So he had no choice but to face the entourage of journalists that normally accompany democratically elected presidents during foreign trips. Equally ridiculous was the image of this power usurper, mingling and shaking hands with legitimate presidents at the Summit of the Grupo de Rio, held in Mexico. By representing Cuba, Castro mocked not only the entire Cuban nation, but also the good spirit and seriousness of a summit that is pleased to welcome a satrap as one of theirs.

What Cubans want, and the world must unequivocally support, is freedom. To what extent are condolences and demands of change by Canada’s head of foreign affairs of any practical use for the oppressed Cuban people? Actually, they do not serve much when our trade, investments, tourism and political ties are one of the main factors allowing the continuation of this prolonged tragedy. The rationale behind the principled stand against the military junta in Burma versus the complicity toward the Castro brothers tyranny in the heart of the Americas, points to a twisted sense of independence associated with the decision to oppose the American policy of embargo.

A false nationalism expressed in an anti-American foreign policy, undermined the good character of Canada when it decided to accept the Cuban revolution in the first place. Today, 51 years later, Cuba’s civil society and members of the opposition movement find it hard to look up to Canada as a friend. Admittedly, the reason why many Canadians enjoy vacationing on the island of Cuba is because “ there are no Americans down there”.

It’s high time for Canada to fulfill the protagonist role it is supposed to play. Our government and the politicians who represent to us, are in the obligation to ally themselves with the people of Cuba and to take distance from the oppressive dictatorship. What’s the point in having so many “experts” in Latin American studies and publicly funded institutions focused on hemispheric affairs, when our parliamentarians are not able to publicly mention the names (let alone expressing solidarity) of so many prisoners of conscience? At this very hour, brave men and women write pages of honour that inspire not only fellow Cubans, but also the best of humankind.

How much cynicism enclosed in associations such as Canada-Cuba Parliamentary Friendship Group! Will it be possible that those members of the Canadian parliament do not understand that, in their anti-Yankee paroxysm, they are calling themselves “friends” of a Cuba that cannot choose its representatives? They have to understand at once that their actions don’t make them friends, but enemies of Cuba. Because it is pure hallucination and self-deception to believe that a bunch of criminals who usurped power 51 years ago, could ever represent the aspirations of 11 million Cubans stranded in Cuba and over a million who managed to make it into exile.

The day will come in which, in a free Cuba, future generations will know of the dignity of the Czechs and the solidarity of the Poles when it was needed the most. In an event without precedents in recent parliamentary history, 90 Polish legislators, affiliated to the two main political parties, put their differences aside to adopt, symbolically, 90 Cuban political prisoners. Those are indeed the friends of Cuba and their gesture will not be forgotten.

Over a century ago, Cuban national hero José Martí, as Orlando Zapata now, gave his life for Cuba’s freedom at the age of 42. He very well expressed:
“There are men who live contented though they live without decorum. Others suffer as if in agony when they see around them people living without decorum. There must be a certain amount of decorum in the world, just as there must be a certain amount of light. When there are many men without decorum, there are always others who themselves possess the decorum of many men. These are the ones who rebel with terrible strength against those who rob nations of their liberty, which is to rob men of their decorum. Embodied in those men are thousands of men, a whole people, human dignity.”

Our eternal gratitude goes today to the men and women who have sacrificed their lives for the freedom of Cuba.

Nelson Taylor Sol
March 3, 2010

¿Todo este tiempo, dónde ha estado Canadá?

El sacrificio del prisionero de conciencia Orlando Zapata por la libertad de Cuba nos muestra, una vez más, la maldad intrínseca de la dictadura castrista. Cientos de miles de hombres, mujeres y niños han encontrado la muerte a través de estas 5 décadas de pesadilla comunista. Varias generaciones de cubanos jamás han experimentado la libertad de expresión. Sin embargo, el desprecio por la vida humana de los hermanos Castro, no ha podido acallar las voces de aquellos que, como Orlando, prefieren la muerte física a la muerte espiritual.

El mundo debe saber que las expresiones de aflicción de Raúl Castro son falsas. De hecho, lo único que lamenta el general sin batallas, es que el trágico desenlace de Orlando haya llegado en momentos en que, abordado por periodistas brasileños, servía de anfitrión al presidente Lula. Igualmente ridícula era la imagen del heredero en jefe, vestido de civil y mezclado entre presidentes democráticamente electos en la Cumbre del Grupo de Río, celebrada en México. De este modo pisoteba no solo el nombre de Cuba, sino también la razón de ser de una cumbre que se complace en recibir a un sátrapa como uno de los suyos.

Lo que los cubanos desean, y el mundo debe tenerlo bien claro, es libertad. ¿De qué sirven declaraciones de pesar y las demandas de cambio provenientes de las cancillerías del mundo libre? No sirven de mucho cuando en la práctica siguen negociando con la dictadura y condenando el “embargo” estadounidense. En honor a los caídos y los que están por caer, es hora de poner a un lado el antiamericanismo intestino que socava el buen carácter de pueblos libres.

Ha llegado la hora de que Canadá cumpla el rol protagonista que debe cumplir. Nuestro gobierno y los políticos que nos representan, están en la obligación de aliarse al pueblo de Cuba y tomar distancia de la dictadura que lo oprime. ¿De qué sirven tantos “expertos” en asuntos iberoamericanos e instituciones de estudios latinoamericanos financiadas por los contribuyentes canadienses, cuando nuestros parlamentarios no son capaces de pronunciarse públicamente por siquiera uno de los tantos prisioneros de conciencia, que ahora mismo escriben páginas de decoro en las cárceles cubanas? ¡Cuánto cinismo encierran asociaciones tales como Grupo Parlamentario de Amistad Canada-Cuba! ¿Será posible que esos miembors electos del parlamento canadiense no entiendan que, en su paroxismo antiyanqui, están llamandose a si mismos “amigos” de una Cuba que no puede elegir a sus representantes? Entiendan de una vez y por todas que ustedes no son amigos, sino enemigos de Cuba.

El día llegará en que, en una Cuba libre, futuras generaciones sabrán de la dignidad de los checos y la solidaridad de los polacos cuando más se les necesitaba. En un hecho sin precedentes en ningún parlamento del mundo, 90 legisladores polacos afiliados a los dos principales partidos políticos se unieron para adoptar, simbólicamente, a 90 prisioneros políticos cubanos. Esos sí son nuestros amigos, y su gesto no lo olvidaremos.

Tal y como dijera José Martí, quien como Orlando Zapata entregó su vida por la libertad de Cuba a los 42 años de edad, “hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que padecen como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana.”

Vaya hoy nuestra gratititud eterna a los hombres que han sacrificado sus vidas por la libertad de Cuba.

Nelson Taylor
28 de febrero, 2010

Friday, September 11, 2009

A 2 semanas del concierto de Juanes

Contrariamente a los que expresan una repentina empatía por los cubanos, no se trata de negarle al pueblo la oportunidad de disfrutar un concierto específico. En nuestro pasado "revolucionario", siempre han habido brechas por las que se han filtrado luminarias de la música, brindadonos su arte a pesar del "bloqueo". Tales fueron los casos de Oscar de León, Alberto Cortez, Joan Manuel Serrat, Mocedades, Los Mustang y otros.

La pregunta obligada sería: ¿es este un concierto por la paz? Juanes se autoimpuso una camisa de fuerza al tildar su concierto Paz sin Fronteras, demostrando así su arrogante ignorancia de lo que sucede en Cuba, un país donde la única guerra que acontece cada minuto es la de la dictadura en contra de todo el pueblo.

¿Irá entonces Juanes a clamar por la libertad de los cientos de prisioneros de conciencia? ¿Pedirá por el excarcelamiento inmediato de los doctores Oscar Biscet o Darsi Ferrer? ¿Le cantará a la libertad de Pánfilo, el aguerrido borracho de youtube que acaba de ser sancionado bajo la figura Orwelliana de "peligrosidad predelictiva" por simplemente decir que hay hambre en la isla?

Todo aquel que conoce Cuba sabe que el gobierno es el único logísticamente dotado y legalmente autorizado a organizar este tipo de concierto multitudinario. Solo "las autoridades competentes" (entendiéndose como tal al ministerio de cultura, la PNR, el ICAP, etc.) pueden darse el lujo de aglutinar a cientos de miles en la llamada Plaza de la Revolución. Por consiguiente, es impensable que Juanes reuna el coraje de clamar por la libertad de los cubanos, que es de hecho toda la paz que necesita nuestro pueblo.

Aun cuando jamás haya tropezado con una sola de sus famosas canciones, y si el concierto fuera solo eso, un concierto, entonces lo apoyaría. Pero el que compre pescado, que no le tema luego a los ojos cuando entre a la pescadería.

Nadie más que el propio cantante se encargó de politizar el evento.

Saturday, May 23, 2009

Open letter to Queen's University


May 21, 2009

Dear Catherine Krull,

Almost two weeks after Queen’s University hosted “The Measure of a Revolution. Cuba, 1959-2009”, I am addressing you on my double condition of Cuban native and Canadian citizen.

As a Cuban, I have to say that I was appalled to see how a reputable institution like Queen’s University had no problem organizing a totally one-sided event that was supposed to be of an academic nature. It was indeed embarrassing to lend a precinct that symbolizes debate, openness and free speech to host an event promoting a “revolution” that have made oppression and poverty the trademarks of an island formerly known as The Pearl of the Antilles.

As a Canadian, I feel shocked to know that our federal government sponsored a “cultural and academic” festivity that welcomed the victimizers while bypassing the chance to have the victims (the people of Cuba) express their understanding of the Measure of a Revolution.

When Canadian faculties like yours at Queen’s University do not understand their role in molding future generations of citizens in the virtue of truth, the way to the destruction of liberty and democracy is paved. If our future politicians, bureaucrats and opinion makers are not taught to be fair and dig the facts out of a manufactured and propagandized surface (i.e. communism) then our entire society will be jeopardized by the empire of cynicism and moral relativism.

I would like to suggest to you and to the faculty at Queen’s University to organize a follow up event in which members of Cuba’s courageous and forgotten civil society are invited to expose their side of the story. That story will surely give students and scholars at Queen’s the hidden facts of the so-called achievements of the revolution (health care and education) while teaching us all not to take our freedoms for granted. Because they are willing to pay the highest price for speaking their minds, Queen’s University owes them the chance to be heard.

The following is a list of members of Cuba’s civil society that could be taken into consideration. Their contact information would follow, should your institution be interested in the proposal.

Name
Brief Introduction

Martha Beatriz Roque Cabello
Coordinator of Agenda Para la Transición
In 1997, she published a paper titled "The Homeland Belongs to All", for which she suffered 3 years of prison after being sentenced with sedition.
Rearrested during the Black Spring of 2003 and sentenced to 20 years of prison, but released on medical license.

Oswaldo Payá Sardiñas
Founder of the Christian Liberation Movement and the Varela Project.
Awarded The Sakharov Prize for Freedom of Thought from the European Parliament, 2002; W. Averell Harriman Democracy Award from U.S. National Democratic Institute for International Affairs, 2003; One of the 15 Champions of World Democracy by the Europe-based magazine A Different View, 2008

Vladimiro Roca Antúnez
Founder and president of the illegal Social Democrat Party of Cuba. In 1997, he published "The Homeland Belongs to All", for which he suffered 3 years of prison after being sentenced with sedition. Son of the late Blas Roca, member of the Central Committee of the Cuban Communist Party.

Laura Pollán
Leader of Ladies in White, a movement formed with relatives of dissidents incarcerated after the 2003 crackdown known as Black Spring. Awarded the 2005 Sakharov Prize for Freedom of Thought.

Yoani Sánchez
Philologist and blogger. Awarded the Ortega y Gasset Journalism Award. In 2008, Time magazine considered her as one of the 100 most influential people in the world. Her blog, Generation Y received the top prize at The BOBs (an annual international weblog award) sponsored by Deutsche Welle. 2008 El Pais, 100 Most Notable Hispanoamericans. 2008 Foreign Policy, 10 Most Influential Latin American Intellectuals. Time Magazine/CNN, 25 Best Blogs, 2009.

Gorki Águila
Leader of the rock and roll band Porno para Ricardo. In August 2008, Águila was arrested with the charge of "dangerousness", which allows detention of people deemed likely to commit crimes. After an unprecedented and overwhelming international outcry, led by followers and free speech sympathizers, he was eventually ordered to pay a $30 fine and let go.

Sincerely,
Nelson Taylor Sol

Saturday, March 21, 2009

Del teatro stalinista al castrista

Por Lázaro Rosa, en Alberta, Canadá.

Dos de los hijos predilectos de Papá lobo la semana pasada fueron removidos de sus cimeras posiciones gubernamentales en La Habana. Algo muy normal, de ello no hay que asombrarse, si tenemos en cuenta los defectos sintomáticos que han marcado y caracterizado de por siempre a las dictaduras: las sospechas, la desconfianza personalizada hacia los individuos, las purgas y la demoralización que adquiere, dentro de este engorroso contexto, un rostro prácticamente generalizado.

Tanto Felipe Pérez Roque como Carlos Lage, luego de ser echados de sus cargos, al presentar sus cartas de renuncias asumieron totalmente sus responsabilidades por los supuestos ”imperdonables errores” que se les están imputando, además manifestaron la plena subordinación (la total adhesión de ambos) a Fidel, a Raúl, al partido comunista y, por redundancia, a la “revolución”.

Esta dramática escena teatral del Castrismo no es nueva. También el general Arnaldo Ochoa Sánchez hizo algo muy similar cuando fue enjuiciado, con maquiavélica arbitrariedad, y acusado de alta traición a su país en el año 1989.

En aquella ocasión, ante el tribunal militar que lo juzgaba, Ochoa fue obligado a decir, más o menos, cosas como éstas: la revolución me lo ha dado todo, un tratamiento excelente, no tengo nada que alegar en contra de todo esto. Lo que se ha dicho sobre mí se ajusta exactamente a la verdad, me he degradado a lo máximo y donde quiera que me pare asumiré una actitud de desprecio hacia mi persona por lo que hice…

Las tiranías llevan a los individuos (entiéndase a los pueblos) a perder su autoestima. Es tan fuerte la presión psicológica y las amenazas que ejercen los caudillos sobre las masas que éstas terminan doblando la cerviz y humillándose por el terror y el desconcierto.

A pesar de que Ochoa asumió enteramente su total responsabilidad en el escándalo del tráfico de drogas que se producía en aquellos tiempos a través de la isla por la base aérea de Santa Clara (sin el supuesto conocimiento, ni la aprobación, de Fidel ni de Raúl) el entonces general de división y héroe de la república de Cuba, no pudo evitar ser fusilado junto a otros oficiales como el coronel Antonio de la Guardia, Amado Padrón y Jorge Martínez Valdés.

Las purgas del Castrismo se han desatado, antes que nada, por la desconfianza del poder contra todos aquellos que han ocupado cargos de relevancia en el gobierno y se han atrevido a emitir sus juicios críticos hacia la máxima autoridad, además porque Fidel nunca ha tolerado que ninguna figura cercana a su persona pueda hacerle sombras al pensar en una hipotética o maniobrada sucesión.

Los atropellos Castristas han tenido muchísima similitud con los que llevara a cabo José Stalin cuando estableció su reino de terror en la ya desaparecida Unión Soviética.

Por ejemplo, en el mismo caso de Nikolai Yezhov, un oscuro personaje que estuvo al frente de la NKVD y fue el promulgador de las grandes oleadas de represiones masivas que se iniciaron contra los máximos generales que comandaban el Ejército Rojo y habían sido simpatizantes de Trotsky, al final de sus días terminó también siendo una víctima de las propias purgas.

El enano sangriento, apodo por el que muchos conocían a Yezhov, finalizó decapitado políticamente nada menos que por el mismo hombre al que había obedecido sirviéndole de una manera perruna y obsesiva.

Resultó que de un momento a otro Stalin, por sus delirios de ver conspiraciones en su contra en todas partes, comenzó a desconfiar y sospechar de su subordinado por lo que decidió suplantarlo con Laurenti Beria al frente de los servicios secretos y de espionaje de la URSS.

Algo más tarde Yezhov, sin ninguna prueba de deslealtad que lo incriminara, sería juzgado humillantemente para luego ser puesto ante un pelotón de fusilamiento.

Volviendo ahora los pasos sobre la realidad cubana tengo que decir que la ejecución del general Arnaldo Ochoa quizás deba entenderse como el principio del fin para la dictadura de los hermanos Castro.

Hay que estar claro que un hecho de tal magnitud constituyó la desmoralización sin precedentes de un régimen que nunca se ha cansado de vociferar por las claras: el que se atreva a criticar, el que se oponga a la dirección histórica de la “revolución” cubana puede pagar por ello incluso con la vida.

Desde entonces, a partir del Ochoacidio, ya no quedó nada objetivamente enraizado de aquellos lemas de supuesta concientización ideológica ni de un genuino, fidedigno, apoyo entre las masas.
Tal vez, como nunca antes, miles de cubanos quedaron convencidos de que para sumarse a la bachata de los Castro había que aprender a bailar con un solo pie, que las sonrisas efímeras,
junto a ellas también los disimulos, son válidas cartas de salvación dentro de esa comarca de un poseído y falso Dios terrenal que comulga con el odio, las ambiciones sin fronteras y la falta total de decoro.

Si fuéramos capaces de ojear, de pasar nuestras vistas sobre las páginas de los textos históricos contemporáneos podríamos observar la continuidad, la gran cercanía, en cuanto a métodos, objetivos y teatralización del discurso político, entre el sangriento circo rojo Stalinista y el desfachatado pillaje de los hermanos Castro en La Habana.

La aislada y férrea “revolución” cubana desde hace mucho tiempo ya no engaña a nadie por su falta de sanos principios, solamente aquellos ciegos o miembros de una izquierda internacional que aún disfrutan de sus cantos de sirena, y por ciertas dádivas, pueden seguir aparentando que creen en sus febriles e incendiarios caprichos.

Estamos ante la reconstrucción moderna de aquel antiguo circo romano donde su infalible, “impostergable César”, sólo les permitía acercarse a su trono a aquellos que, por sumisión o sórdidos intereses, solían decirle que se consideraban sus propiedades obedientes de un alcance inmediato.

Acabo de leer en el diario El País de España que, según una carta del ex general Patricio de la Guardia, hermano gemelo del coronel Antonio, quien fuera fusilado junto a Ochoa en 1989, Fidel Castro conocía todos los detalles sobre los embarques y el tráfico de drogas que los miembros del departamento MC realizaban por Cuba. Esto era de suponerse porque no hubo en el pasado, ni existe hoy ningún acontecimiento que pueda darse sobre la isla, del cual los hermanos Castro no estén debidamente informados. Muchos menos cuando se trate de algo estrechamente vinculado con la seguridad de su militarizado e inexpugnable olimpo.

Friday, March 20, 2009

The Palestinization of Cuba

By Nelson Taylor
Ontario, Canada

We have grown accustomed to listen throughout the years that the pacification of the Middle East will not happen so long the Palestinian problem isn’t solved. So many times has it been repeated by leaders and political analysts that, eventually, we give it for granted.

Take, for instance, the cause-effect between refusing to evacuate a Jewish settlement in Samaria and the hanging of gays in Teheran. No matter how hard we, the people, work in trying to connect the dots, they, the intelligentsia, see the link crystal clear.

It might seem that the same kind of academic-political lucidity has come to create certain adages, as it starts to be the case with the so-called “full integration of Cuba to the regional institutions”. According to Nelson Jobim, the Brazilian minister of defence, “for the US to attain good relationship with South America...it is important that it changes its policy toward Cuba”. The former was stated on March 9, as the South American Defence Council (SADC) gathered in Santiago de Chile. Mr. Jobim continued as saying: “it’s a premise for the US to have a representation at SADC, to change its stand toward Cuba”. It’s quite suspicious why would he even bother to condition the US presence in a regional body that, semantically, excludes any non-South American nation.

The ministers of Argentina, Chile, Bolivia and Uruguay expressed themselves in similar terms. They all made references to the necessity of ending the ‘discriminatory and unfair blockade, the isolation and cold war mentality’ from the US toward Castro’s Cuba. The Uruguayan emphasised that “today, Cuba does not represent a problem for the security of the US at all, and the US policy to Cuba is determined by a Cuban-American ‘lobby’ rather than a cool-headed analysis of the facts that determine the relationships between the two countries”. Well, I guess he hasn’t been informed that in September 2001, Ana Belen Montes, the most Senior Cuba analyst at the Defence Intelligence Agency (DIA) in the United States, was arrested for espionage. Montes, who spied for Castro since the early 80’s, is deemed responsible for, at least, the death of one American officer. According to Wikipedia, “prosecutors stated that Montes had been privy to classified information about the U.S. military's impending invasion of Afghanistan in October 2001, and that they did not want her revealing this information to potential enemies”.

Perhaps the Uruguayan minister should also be told that Montes participated in the confection of an official 1998 report, which caused the Clinton administration to conclude that ‘Cuba is no longer a significant military threat to the United States or the region’. Have we heard that before? I would call it a rather interesting coincidence in the selection of the wording. So much for a “misinformed” high ranking member of SADC. Hence, we have witnessed the consolidation of a new term that I have defined as the Palestinization of Cuba, which is the politically manufactured linkage between unrelated phenomena. It also implies that the new US administration should look at Raul Castro as a legitimate partner, rather than an international criminal handpicked as a successor by a known tyrant and power usurper.

Maybe the Latin-American dignitaries in pilgrimage to Havana to bid farewell to the spiritual leader of the left and legitimize Raul Castro - while ignoring dissidents and denying a single act of recognition to Cuban prisoners of conscience - should, once and for all, heed the allegations made by the “worms nest” (as Castro refers to the exile community) of Miami. There is a non-stop display in the Florida’s Spanish speaking TV stations of former Cuban agents who keep naming dozens of infiltrated in North American institutions, mostly universities and academic related. It is estimated that hundreds of Castro’s spies are disseminated not only in North America, but also in South and Central America, as well as Europe.

Just last week, Lt. Colonel Juan Reynaldo Sanchez has started to provide first-hand account of the deeply corrupt nature of Fidel Castro, whom he served as a bodyguard for 17 years. Following orders of Castro himself, Sanchez took note of the daily incidence of covert operations such as narcotraffic and arms smuggling. Fidel Castro, according to Sanchez, personally led every aspect of this international ring that has brought so much bloodshed and regional instability.

The former bodyguard told stories of shipments of diamonds sent from Angola to Fidel Castro, where Cuban troops were sent to die in the name of “proletarian internationalism”. But one of the most outrageous allegations was the dictator’s habit of making his cows marked with nametags. That is done in order to match animals with the members of his extended family, because of the variance in milk fat content and taste. The sad part of this more or less funny story is that Cubans aren’t entitled to purchase milk once they turn 7 years of age. Only those with access to remittance can afford to put milk on the breakfast table of their school children.

Nevertheless, a chamber choir, integrated (for the moment) by the elite voices of “erudite” in Cuban affairs and leftie politicians plus the back up voices of some absent-minded fellows (also known as useful idiots), is starting to produce the new symphony of change. This Castro-Chavist trick pursues cornering the Obama administration in a position with no alternative other than obeying the concerted voices of academics and representatives of the mob democracies of Latin America, lest it ends up as a regional pariah. After all, that seems to fit the change-we-can-believe-in doctrine.

It is interesting though that Cuba, which as the U.S. is not geographically located in South America, comes out as a gambit piece by the South American Defence Council. In this same context, it is even more remarkable the Brazilian minister’s statement regarding the entry of Russia as an observer: “not for now...the Russians are too far away, some others are closer”.

Are we witnessing the rebirth of the Warsaw Pact, this time around made up of Bolivarian democracies? Who knows, perhaps one day we wake up to find out that a new South American Defence Council is being integrated by the likes of Castro, Chavez, Ortega, Putin and Khamenei!
For now, we just know with certainty that the Castro mafia, like Hamas in Gaza, is interested neither in chamber music nor in transition toward democracy, but only in absolute power. Meanwhile, he lets the world organize peace concerts in exchange for financial credit and political legitimacy.

Wednesday, March 11, 2009

La Palestinización de Cuba

Por Nelson Taylor
Ontario, Canadá

Nos hemos acostumbrado a escuchar, a través de los años, que la pacificación del Medio Oriente no sucederá mientras no se resuelva el problema de Palestina. Tantas veces ha sido repetido por líderes y analistas políticos que, en ocasiones, sin apenas reparar en la falta de vínculo entre la evacuación de un asentamiento judío en Samaria y la ejecución de un gay en Teherán, lo damos por sentado.

Pareciera que una especie de conspiración académico-política llevara a la creación de determinados adagios. Ese empieza a ser el caso de la llamada “plena integración de Cuba a las instituciones regionales”. Según Nelson Jobim, ministro de defensa brasileño, “un punto fundamental para que los Estados Unidos tengan una buena relación con Sudamérica ... es importante que cambie (su) política con Cuba”. Lo anterior fue planteado el 9 de marzo pasado durante la reunión en Santiago de Chile del Consejo de Defensa Suramericano (CDS). El susodicho ministro continuó diciendo: “su condición de cambio en la relación con Cuba es condición para una representación de Estados Unidos con América del Sur”. Disculpe por pensar que el propio nombre del CDS excluía a naciones fuera de Sudamérica.

En términos similares se referían los ministros de Argentina, Chile, Bolivia y Uruguay. Todos se refirieron a la necesidad de terminar con ‘el discriminatorio e injusto bloqueo, el aislamiento y la mentalidad de guerra fría’ por parte de Estados Unidos hacia la Cuba de Castro. El uruguayo llegó a decir que “hoy no refleja absolutamente ningún problema de seguridad para los Estados Unidos, y la política de Estados Unidos respecto a Cuba está más determinada por un 'lobby' de presión interno cubano-norteamericano que por lo que sea el análisis frío de la realidad de los fenómenos que se pueden relacionar entre dos países”. Probablemente nuestro querido ministro uruguayo se encontraba vacacionando en Punta del Este cuando, en septiembre de 2001, Ana Belén Montes, la analista de inteligencia sobre Cuba de más alto rango en el Pentágono, fuera detenida por espionaje. Montes espió para Castro de principios de los 80 y se le atribuye la muerte de, al menos, un oficial estadounidense. Su arresto se produjo previo al ataque a Afganistán, por temor a que revelara datos confidenciales a las fuerzas anti-americanas.

Quizás nuestro amigo uruguayo debiera saber que, además de lo anterior, Montes participó en la elaboración del documento mediante el cual la administración Clinton determinó, en 1998, que la Cuba de Castro ya no representaba una amenaza para Estados Unidos o la región. ¡Interesante coincidencia! Tal vez nuestros “hermanos latinoamericanos”, los mismos que se niegan a reconocer la existencia de prisioneros de conciencia en Cuba y terminan haciendo pucheros ante El Comandante (mientras ignoran a la disidencia interna) debieran, de una vez y por todas, prestarle algo de atención a las alegaciones de “la gusanera” de Miami. Por los canales hispanos de televisión de la Florida desfilan innumerables ex agentes que no han cesado nunca de nombrar a decenas de infiltrados en todas las intituciones norteamericanas, sobre todo en las universidades e instituciones académicas. Se estiman en cientos los espías, diseminados no solo por Norteamérica, sino también por Centro y Sudamérica, así como Europa.

No obstante, el coro de cámara, integrado (por ahora) por las voces principales de eruditos en Cuba y políticos con tendencias izquierdoides y las voces secundarias de algún que otro entretenido, comienzan a entonar la nueva sinfonía del cambio. Esta treta Castro-Chavista persigue poner a la adminstración de Obama en una posición de paria regional, al cual no le quedaría otra alternativa que escuchar y por cansancio obedecer las voces concertadas de académicos y representantes de las democracias de tumulto (como las acuñara un amigo recientemente) de América Latina.

Lo interesante del caso es que Cuba, que no está situada geográficamente en Sudamérica, salga a colación como posible pieza de canje en un organismo que, por definición, comprende exclusivamente a las naciones sudamericanas. Para mayor sorpresa, el ministro brasileño espeta con relación a la entrada de Rusia como observador: “por ahora no ... los rusos están muy lejos, hay otras personas más cerca”. ¿Estaremos asistiendo al renacer del Pacto de Varsovia, esta vez integrado por las flamantes democracias de tumulto? Quién sabe si un día nos despertáramos (parafraseando al comandante) ante la sorpresa de un Consejo de Defensa Suramericano integrado por los Castros, los Putin y los Ayatolas.

Por ahora, lo único que sabemos con certeza, es que la mafia castrista, tal y como Hamas en Gaza, no está interesado ni en la música de cámara ni en la real transición hacia la democracia, sino en dejar que el mundo organice conciertos de paz que le otorguen crédito (político y monetario) y la posibilidad de continuar la legitimización de su poder absoluto.