Friday, September 3, 2010

Cuentos de Rafael Sol Moreno (Popo)

Era aproximadamente entre las 12 y la 1 de la madrugada. Estábamos Mario Guerra, Guillermo Funes y yo arreglando una máquina propiedad de Chacho y Castillo; en eso llegó El Guardián (Argelio Domínguez), como siempre cómico y dicharachero sin saber que yo le había hecho una broma, cagándome en la puerta de su casa.

Sin saber aun lo que le esperaba nos saludó: “La gente de Titigua”, yo le contesté: “La gente del marañón”, y prosiguió: “Vengo de ver a mi novia, y me he comido allá tremendo arroz con pollo. Qué maravilla!!

Yo me dije: “te vas a cagar en tu madre cuando llegues a la casa”. Cuando fue a entrar y tropezó con la mierda se puso mulo bufando. Le dije “Marañón, qué te pasa” y me dijo: ¡que se han cagao en mi puerta y me he cubierto los pies de mierda; pero a ese cabrón lo voy a vigilar y le voy a cortar el culo con mi chaveta (él era zapatero)
Al día siguiente se me ocurrió escribir los siguientes versos:

“El Guardián y el Mojón”:
el Guardián llegó contento
y enfadado se acostó
porque un poco de excremento
en la puerta se encontró.

Cogió la escoba y furioso
ni una huella dejó
salió con rabia buscando
el culo que allí cagó.

Me voy a poner a velar
desde en casa del vecino
que si este vuelve a cagar
Oiga; le corto el fonino.

Cuando la poesía del Guardián fue leída en un acto cultural, esta provocó una ovación en el público. Un señor llamado Cecilio Salinas que tenía una venduta en el barrio, y en cuya casa las paredes de la cocina eran de saco de yute pintados con lechada de cal, me pidió que le regalara los versos para ponerlos en su venduta. Pero ya al regreso del acto cultural había hablado con el Guardián que se le había pasado la bronca, y le confesé: fui yo quien se cagó, y aquí tienes la poesía. “So cabrón yo sabía que el jodedor había sido de cerca. Pero regálamela para ponerla en la zapatería”.Es tuya, le dije, y se la entregué.
A Don Cecilio le dije que le haría una para su venduta y me inspiré:
Cecilio Salinas tiene
Una tienda, y hay tabacos
Y allá en su casa tiene
Una cocina de sacos.

En la cocina de sacos
Del gran Cecilio Salinas
Se tiran peos los gatos
Y se mean las gallinas
¿Y saben lo que pasó?: el viejo me corrió detrás con una escoba para pegarme y no paraba de insultarme. Yo era entonces un niño, y él murió de viejo peleado conmigo, jamás me perdonó.

No comments:

Post a Comment